A través de un mensaje en X, el empresario calificó como “insensible” el gesto de posar con el obsequio del presidente argentino, que había sido interpretado como apoyo al recorte fiscal.

Un show polémico en CPAC
Durante la Conservative Political Action Conference (CPAC) de febrero, Elon Musk sorprendió al aparecer empuñando una motosierra, un obsequio que le había entregado el presidente argentino Javier Milei. La escena buscaba ilustrar su propuesta de crear el “Department of Government Efficiency” (DOGE), con el objetivo de recortar gastos, achicar la burocracia y promover auditorías profundas en el Estado federal estadounidense. Musk presentó el objeto como la “motosierra para cortar la burocracia”, un guiño que en ese momento reforzaba su discurso contra el intervencionismo estatal.
Con el paso del tiempo, sin embargo, aquel gesto simbólico comenzó a interpretarse fuera del contexto original. Musk, además, decidió tomar distancia de Donald Trump y de sus planes para rediseñar la estructura gubernamental. En declaraciones recientes, reconoció que involucrarse de esa forma fue un error, admitiendo que su intención de influir en políticas públicas desde el sector privado resultó poco realista y difícil de sostener.
Arrepentimiento público y autocrítica
En los últimos días, el empresario publicó un mensaje en X donde expresó su arrepentimiento por aquella aparición. En su comunicado, reiteró su postura a favor de reducir el gasto público y evitar el derroche de fondos, respaldando la limitación del endeudamiento. Sin embargo, un usuario lo criticó con dureza: “Quizás no debiste subir con la motosierra al escenario y actuar como un adolescente. Podrías haber hecho mucho más si no te importara tanto parecer cool”.

Lejos de responder con enojo, Musk asumió la crítica y dio muestras de autocrítica: “Tienes razón”, escribió. “Milei me dio la motosierra tras bambalinas y salí al escenario impulsivamente, pero, viéndolo en perspectiva, fue una muestra de insensibilidad”.
Si bien continúa defendiendo la necesidad de racionalizar el gasto y frenar el crecimiento descontrolado del Estado, Musk dejó en claro que la forma en la que se comunicó el mensaje no fue la más acertada y que el episodio sirvió para reflexionar sobre los límites del activismo empresario.
Una relación que trasciende lo simbólico
El vínculo entre Musk y Milei viene gestándose desde hace tiempo. Tras el triunfo electoral de Milei en noviembre de 2023, Musk celebró públicamente el resultado. Meses después, en abril de 2024, ambos se reunieron en Austin, Texas, para conversar sobre tecnología, inversiones, el potencial estratégico del litio en la transición energética y el valor de la libertad de expresión, según detalló la Casa Rosada.
La relación se ha caracterizado por la admiración mutua: Musk ha elogiado en repetidas oportunidades las posturas libertarias del mandatario argentino, mientras que Milei lo considera un referente de innovación y un aliado clave en la batalla contra el colectivismo y la expansión estatal.

Tensiones con Trump y el futuro de la relación
El episodio con la motosierra reavivó el interés sobre la conexión de Milei con los sectores más influyentes del poder económico y político estadounidense. Desde su asunción, el presidente argentino ha realizado varias visitas a Washington, reuniéndose con figuras republicanas, líderes empresariales, centros de pensamiento y organismos internacionales, además de mantener un vínculo directo con Donald Trump.
Sin embargo, la relación entre Musk y Trump se deterioró de forma notable. Trump, crítico del avance de los autos eléctricos, acusó al empresario de depender de subsidios millonarios y amenazó con terminar esas ayudas. “Sin subsidios, tendría que cerrar y volver a Sudáfrica”, afirmó Trump en su red Truth Social, en referencia a Musk. Estas declaraciones coincidieron con una caída del 7% en las acciones de Tesla.
Trump también aprovechó para recordar que siempre se opuso a los mandatos de vehículos eléctricos y subrayó que, aunque considera válidos esos autos, “no todos deberían estar obligados a tener uno”. Este cruce evidencia el creciente distanciamiento entre dos figuras que alguna vez se mostraron como aliados estratégicos, dejando en evidencia las tensiones dentro del ecosistema político y empresarial estadounidense.